La poleá es una receta muy antigua que cuando yo era pequeña muchas veces la comíamos recuerdo que a mi padre le encantaba, su cremosidad ese sabor me traslada a mi infancia me trae muchos recuerdo de mi padre.
En honor a mi padre que cuando le entro la diabetes dejo de comerla pues con el azúcar que lleva no podía comerla, pues la he hecho sin azúcar y deciros que esta igual de rica uhmm.
La polea es también conocida como espoleá o como gachas dulces y no deja de ser una crema espesa a base de harina y leche aromatizada con anís en grano y adornada con coscorrones de pan frito y canela molida.
- 1 litro de leche
- 60 ml aceite oliva suave
- 1 cucharada sopera de semillas de anís (Matalahúva)
- 120 grs harina normal
- Canela en polvo
- 160 grs de azúcar
- Picatostes de pan frito
THERMOMIX
Ponemos el aceite y las semillas de anís, programamos 5 Min. Varoma, Vel.1.
Colamos el aceite y devolvemos al vaso. (Podemos dejar algunas semillas, si queremos).
Agregamos la harina, y doramos 5 Min. 100º, Vel.2.
Incorporamos la eche, media cucharadita de canela en polvo, la ralladura de limón, y el azúcar enfriar espesan algo más.
TRADICIONAL
Freímos el pan en abundante aceite caliente, escurrimos con papel absorbente. Reservamos.
En unos 60 ml de aceite de freír el pan añadimos las semillas de anís, a fuego medio, que no llegue a humear unos 2-4 minutos. Colamos el aceite y devolvemos a la cacerola. (Podemos dejar algunas semillas, si queremos).
En unos 60 ml de aceite de freír el pan añadimos las semillas de anís, a fuego medio, que no llegue a humear unos 2-4 minutos. Colamos el aceite y devolvemos a la cacerola. (Podemos dejar algunas semillas, si queremos).
Agregamos la harina, y tostamos bien removiendo con una varilla para que no se agarre al fondo.
Añadimos la leche, media cucharadita de canela en polvo, y el azúcar, y mezclamos bien con unas varillas, si nos quedan muchos grumos le damos una pasada con la batidora.
Llevamos al fuego hasta que espesen removiendo con varillas. Al enfriar espesan algo más. Podemos comerlo frío o caliente.
Añadimos la leche, media cucharadita de canela en polvo, y el azúcar, y mezclamos bien con unas varillas, si nos quedan muchos grumos le damos una pasada con la batidora.
Llevamos al fuego hasta que espesen removiendo con varillas. Al enfriar espesan algo más. Podemos comerlo frío o caliente.
Servimos en plato o en bol espolvoreado con canela en polvo y pan frito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario